Estas últimas se están multiplicando con extrema rapidez: lo nunca visto, por lo menos en épocas recientes.
Los que han podido presenciar a los ataques hablan de un película de terror, como ha declarado al periódico The Independent una operadora de turismo local.
El hecho se ha registrado especialmente en las cercanías de Adelaide, donde los pingüinos tienen un tamaño más reducido y son una verdadera atracción turística, justamente por esta característica.
Se calcula que en los último tiempos, como consecuencia de estos ataques, la población de la citadas aves marinas se ha reducido de un 50 por ciento.
Para defender los simpáticos animales se ha propuesto de todo: hasta la esterilización o re-localización de las focas. Pero esta especie está protegida en Australia y la normativa no permite adoptar ciertas medidas.
Algunos expertos consideran que el hombre no tiene que intervenir, ya que se trata de una interacción natural entre estas dos especies.
A raíz de estas noticias el turismo en la localidad australiana se ha incrementado.
RP
El hombre es de por si un ser curioso, a pesar de que el espectáculo en cuestión sea todo menos que agradable.
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