Hablamos de Viajar

miércoles, 11 de abril de 2012

Nueva dirección Shui Madrid

Queridos amigos viajeros:

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¡¡Os esperamos!!

Shui Madrid

Marruecos


Por Elena Sánchez Hernández

Marruecos, una tierra que estimula los sentidos con su mezcolanza de olores, sabores y colores. Un lugar donde el tiempo parece estancarse, todo fluye con un ritmo natural alejado del control de las agujas del reloj. Un espacio donde sólo existe el presente, donde el día y la noche es la única referencia temporal.

Marruecos, una vida diferente, un mundo que no se deja atrapar por la revolución tecnológica desmesurada, un mundo lleno de conocimientos y sabiduría perdida en 10 kilómetros al norte del estrecho. Parece como si la fuerte revolución capitalista no afectase a este espacio del planeta tan fuertemente como a los países Europeos.

Echando la vista a mi alrededor pude ver diferentes talleres de artesanos especializados en el cuero, la forja, la madera, la cerámica…; y fui consciente del gran conocimiento que albergaban sus manos, su corazón y su mente. Gente capaz de fabricar cualquier maquinaria, cualquier producto a través de materia en bruto, gente capaz de ganarse la vida y subsistir con lo que tienen a mano, gente de gran ingenio, mirada limpia y corazón puro. Gente capaz de compartir para un beneficio común y no particular.

Y qué decir de los núcleos familiares, algo que una vez tuvimos y hemos perdido por el individualismo, tratando de ir hacia una mayor prosperidad, productividad y economía, camino hacia una evolución que nos lleva a una involución humana. Me pregunto ¿dónde está el termino medio?.

Marruecos, lleno de familias extensas unidas desde hermanos, tíos, primos y abuelos, que unen fuerzas y comparten momentos fructíferos y otros no tanto.

¿Pobreza?, es posible, depende como se mire. Con los ojos de un extraño, sí, son pobres muy pobres, con los ojos de quien se adentra en su espíritu son ricos; ricos en valores.

Que su cultura aprisiona a las mujeres, puede ser en algunos casos, al igual que aquí existe el maltrato a la mujer pero todo puede mejorar desde dentro; ¿y nuestra cultura donde la mujer es imagen para vender cualquier producto?. No somos tan iguales ni tan diferentes, simplemente tenemos diferentes formas de encauzar la vida, más allá de eso somos humanos.

Quisiera poder mirar a mi alrededor y sentir como sentía en Marruecos, encontrar en las calles la misma música y sonrisas, reposar en ojos pausados… sin embargo estoy en un mundo mecanizado y soy pobre, pobre de espíritu, pobre de ingenio, pobre de habilidad…No soy mucho más que parte de el engranaje de una máquina educada para producir y no en el conocimiento.