Barcelona

Barcelona desde el punto de vista del que aún la desconoce Barcelona tiene a Gràcia, ese barrio que aún parece un pueblo en medio de una gran ciudad. Que tiene el espíritu del que puede observar el horizonte marítimo desde la montaña. De la gente que pasea, que sube las colinas, bien en bici o en moto. Y se ve el mar desde las alturas... En Barcelona se ve mucho el cielo, lo cual no quiere decir que se encuentre en un lugar alto. Barcelona simpática. Con calor y sol en octubre. De casas antiguas poco amenazadas por la renovación inmobiliaria destructora. Parece que fue así y así será. La Barceloneta graciosa, de edificios marineros y ropa tendida hacia las calles estrechas que recuerda al sur de Italia y Francia. Barcelona es especial porque recuerda a muchos otros lugares. Es una mezcla que el tiempo y los acontecimientos han creado. Las piedras medievales del barrio Gótico, las palmeras, amplias avenidas que dividen la ciudad en cachitos casi perfectos, las Ramblas y su ambiente festivo entre las altas casas antiguas y oscuras, los mercados de olores y comidas que me hacían regresar a China y a La Habana...

Barcelona son muchas cosas en una. Es una ciudad con mucho swing. Mucha cultura si caminas por el Raval (repleto de museos y facultades, monopatines y librerías), o si paseas por el Montjuic. Barcelona modernista, la de los Juegos del 92, diseñadores la han moldeado respetando su esencia. Una de las ciudades más vibrantes del mundo.